Autodirección y la Cooperación en el aprendizaje con tecnología

¿Por qué el aprendizaje debe depender más de los alumnos que de los maestros?
Las recientes teorías sobre el aprendizaje en la escuela señalan que difícilmente se puede lograr un aprendizaje significativo si las interacciones entre las personas son débiles o limitadas.
Esto concierne no sólo a la manera en que los alumnos se relacionan con los docentes sino a la manera en que ellos interaccionan entre sí y a la conciencia que tienen de sus propios pensamientos.
En ese camino, dentro de las habilidades del Siglo XXI destacan, por un lado, las relacionadas con el aprendizaje entre iguales, cuyas derivaciones se encuentran en la enseñanza recíproca, los juegos de rol, la tutoría y otros métodos que en general, se denominan cooperativos.
Y por otro, las habilidades para la autodirección en el aprendizaje, cuyo desarrollo se profundizó con la educación a distancia pero que tiene sus antecedentes en el estudio independiente, el aprendizaje estratégico y otras posturas que promueven la autoconciencia y la metacognición como las claves del aprendizaje.
Bajo esta lógica es doble el reto para el docente, pues al mismo tiempo que debe trabajar de manera simultánea estas dos habilidades, también tiene que mantener el equilibrio entre fortalecimiento de la autonomía y fortalecimiento del trabajo entre iguales.
¿Puede la tecnología digital ayudar a los docentes en estos desafíos profesionales?
Como todos los elementos novedosos que se incorporan a la dinámica escolar convencional, el uso de la tecnología en el aula es un tema de debate entre maestros de todo el mundo.
En algunos países como Polonia y Francia, se ha limitado sobre todo la tecnología móvil bajo la idea que distrae a los alumnos, mientras en otros se promueve su uso intensivo porque los motiva al trabajo y los comunica con la información.
Todo indica que las tecnologías digitales por sí mismas pueden ser fuentes de dispersión si el docente no les dota de un claro sentido pedagógico. Esto supone enfocarse no tanto al dispositivo en sí, sino a las herramientas digitales y al software para intensificar las comunicaciones entre los alumnos, el intercambio de información, los vínculos y la interacción significativa.
¿Cómo puede el maestro ayudarse de la tecnología para promover la autonomía y la cooperación?
Mucho tiene que ver con la conciencia que tengas de los fundamentos pedagógicos de estos temas, pero, sobre todo, de que explores las posibilidades que brindan las Tecnologías de la Información y la Comunicación para dar mayor confianza y responsabilidad a los alumnos durante las clases.
La idea central es que poco a poco y con tus orientaciones y monitoreo, sean ellos y no tú quienes, en lo individual o en su trabajo entre iguales quienes, se planteen nuevos retos de conocimiento y hagan ajustes a sus estrategias de aprendizaje.
Ese es uno de los temas abordados en nuestro Curso Habilidades Digitales para Hackear el Aula.